viernes, 23 de enero de 2015

No todo es bueno para todos

Alimentos, plantas e infusiones: Lo que sirve para uno no sirve para todos.





Muchas veces nos llega una información para el padecimiento de un problema recomendando cierta planta, alimento o infusión con efectos beneficiosos para el citado problema. Es verdad que funcionará, pero solo en las personas en cuya constitución encaje ese alimento como “anillo al dedo”. Sin embargo debido a que cada persona tiene una constitución particular, con un sistema nervioso diferente y un metabolismo y necesidades distintas, en muchas personas el efecto será totalmente inocuo y no percibirán mejora alguna, mientras que en otras será perjudicial empeorando el problema que ya padecían.

Por eso no todo lo que es funciona y es bueno para alguien tiene por qué ser funcionar y ser bueno para uno mismo.


La carne y la lechuga.

Hay personas que si comen lechuga padecen una verdadera odisea digestiva, con gases, eructos, incluso acidez digestiva. Esto es debido a que pertenecen a la constitución Hígado muy fuerte, ya que debido a la fortaleza de su hígado estos sujetos secretan una gran cantidad de flujo biliar que debe ser neutralizado o padecerán problemas, como diarreas, acidez de estómago, incluso úlceras digestivas, sobrepeso, acumulación de flemas, etc.

Estas personas para equilibrar su metabolismo y su energía deben ingerir carne roja, ya que es un alimento que exige importantes digestiones y debido a ello el exceso de secreción de jugos hepático-biliares podrán ser neutralizados, evitando así los desequilibrios que de seguir una alimentación errónea pueden llegar a surgir.




Por el contrario los sujetos con una marcada debilidad hepática, son los de la constitución Pulmón fuerte. Estas personas tienen un sistema nervioso simpático muy activo y por tanto su antagonista el sistema nervioso vago es poco activo, por lo que sus digestiones son su punto débil. Debido a esto producen pocos jugos biliares, por lo que si comen carne tendrán verdaderos problemas para digerirla, aspecto que su intuición ya les corrobora al tener poca apetencia por la carne roja. De comerla pueden padecer fácilmente gases, heces mal formadas y digestiones pesadas además de una debilidad corporal.

En este caso estas personas deben ingerir frutas y verduras mayoritariamente, ya que sus digestiones son mucho más sencillas que las de las carnes rojas.





Para que tu alimento sea tu mejor medicina debes comprender como funciona tu organismo y sus necesidades en particular, puesto que lo mismo que ocurre en el caso de la carne y la lechuga ocurre con todos los demás alimentos, complementos, suplementos, infusiones, etc. De este modo evitarás una alimentación errónea y podrás servirte de ella para aumentar tu bienestar y vitalidad.




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