viernes, 27 de marzo de 2015

Secreto nº 4. Cuando eres feliz, tienes que controlar tu felicidad, si se pierde el control, luego se daña tu energía pulmonar.


En Medicina Tradicional China cada emoción debe tener su equilibrio pues incluso la alegría en exceso puede dañarnos. Veamos cómo puede ser esto posible.

Cada vez que experimentamos una emoción se excita un determinado haz neuronal que envía mensajeros por el sistema nervioso inundando uno u otro órgano de energía en función de la emoción experimentada.

La preocupación llena de energía los pulmones, la reflexión intelectual el bazo, el miedo los riñones, la ira el hígado y la alegría inunda de energía el corazón. Por eso ante una emoción experimentada bien con elevada intensidad o durante un tiempo excesivo, se energetizará también en exceso el órgano correspondiente a esa emoción.

Esto puede dar lugar a desequilibrios entre los diferentes órganos. Pero antes recordemos las relaciones de control que tienen los Cinco Movimientos de la Energía entre nuestros órganos:

El agua apaga el fuego.
El fuego derrite el metal.
El metal corta la madera.
La madera (raíces) derrota a la tierra.
La tierra domina y absorbe el agua.

Donde los diferentes movimientos de la energía están representados en nuestro cuerpo por los siguientes órganos:

Agua: Riñones y Vejiga.
Fuego: Corazón e Intestino Delgado.
Metal: Pulmones e Intestino Grueso.
Madera: Hígado y Vesícula biliar.
Tierra: Bazo-páncreas y Estómago.

En el caso de la alegría que nos ocupa: una alegría desmedida puede desbordar la energía del Corazón, energía Fuego. Cuando esto es así como el Fuego controla o domina a la energía del Metal que son nuestros Pulmones, este fuego excesivo puede dar lugar fácilmente a un déficit de energía pulmonar por lo que la persona puede padecer trastornos como cansancio, disnea, problemas cutaneos, exceso de preocupaciones posteriores a la alegría, hemorragias nasales, etc.





















Recordemos aquí una de las máximas de la polaridad yin yang:

Toda cosa cuando llega a su extremo, se convierte en su opuesto. Una flecha al llegar a lo más alto, no tardará en volver a caer.


¿Quién no ha perdido el apetito tras un disgusto o una preocupación intensa? Del mismo modo ocurren interferencias en el organismo con todo el resto de emociones. Por eso es conveniente conocer tu constitución y sus tendencias, prestando atención a las emociones que sintamos en exceso sean del tipo que fueran para poderlas equilibrar de modo razonable, puesto que todas ellas van a interferir en el equilibrio natural de nuestro organismo.

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