miércoles, 1 de abril de 2015

Secreto nº 8. Si sientes constantemente la necesidad de hacer ejercicio físico y nunca lo haces, esto te hace perder el equilibrio y te tornarás impaciente.

 Se pierde el Yin del cuerpo. El ejercicio equilibra el Yin y el Yang.

Nuestro sistema nervioso se comunica con nosotros por medio de nuestro cuerpo  físico, éste nos hace sentir determinadas sensaciones que nos indican las necesidades que tiene el organismo para equilibrarse.

Hay ocasiones en las que sentimos la necesidad de realizar ejercicio, es un intento del organismo de reajustar algunas funciones del sistema nervioso por medio de la actividad física (movimiento yang de la energía). En esos momentos nuestro cuerpo está preparado para realizar este tipo de actividad, pero si no la ejecutamos vamos a entrar en una dinámica de tensión interna permanente. Es una necesidad vital no expresada, que agotará la energía yin de nuestros órganos debido a la permanente tensión nerviosa que no es transformada y sacada al exterior en forma de movimientos.

Cuando se pierde el yin, estamos perdiendo la energía de los órganos macizos del organismo (Corazón, Bazo, Pulmones, Riñones e Hígado), por lo que con el tiempo esta tensión nerviosa interna inexpresada dañará la energía de nuestros órganos afectando a sus funciones, surgiendo síntomas como: palpitaciones, respiración corta, diarreas, falta de apetito, trastornos en la evacuación de líquidos, problemas tendino musculares, etc.




Por el contrario si nos ejercitamos, estaremos transformando en movimientos los impulsos nerviosos internos preparados para tal fin, con lo que se producirá un equilibrio entre nuestra energía yin (sistema nervioso parasimpático) y nuestra energía yang (sistema nervioso simpático). En una metáfora de la naturaleza donde la pleamar es yang y la bajamar yin, podemos ver como es necesario el ajuste entre ambas energía para que ocurran las mareas, ya que si siempre hubiese pleamar o siempre hubiese bajamar, éstas no sucederían.

Del mismo modo en nuestro organismo deben ocurrir este tipo de “mareas” energéticas entre las diferentes partes de nuestro cuerpo. Cuando esto es así, lo que se conoce como la danza de las energías, es cuando la vida sucede en nuestro interior como una plétora lógica del equilibrio entre el yin y yang.



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